viernes, 8 de marzo de 2013

CONTRA LA DESMEMORIA (por Angel Akike)


Pertenezco a una generación o al menos a un grupo de personas de ella, a la que le daba vergüenza escuchar a sus representantes.
Nos producía indignación el descaro con que nos engañaban mirándonos a la cara, pues sabíamos que harían exactamente lo contrario de lo que pronunciaban en sus discursos floridos, incluso muchas veces esperanzadores, pero definitivamente superficiales y mentirosos.
Y ciertamente nos violentaba la variante más perversa: dirigirse al pueblo con una solemnidad ensayada simulado abatimiento, mientras anunciaban que la mayoría de nosotros seríamos sacrificados por el bien de la Patria.
Podrían escribirse varios libros con discursos y frases. Muchas de ellas ya son parte de la memoria colectiva de los argentinos, aunque lamentablemente hay sectores de la sociedad que han preferido olvidar sus verdaderos significados y sus terribles consecuencias.
Alfonsín, inauguró el período democrático, aseverando que “Con la democracia se come, se educa, y se cura"…y con una política de DDHH entusiasta, pero a pesar de sus buenas intenciones, millones de argentinos terminaron sin comer, sin educarse, ni curarse y  decepcionados por las Leyes de Punto Final y Obediencia Debida, sumergidos en un desastre económico que derivó en su renuncia anticipada.
Más tarde, Menem en su campaña de 1988, abusando del espanto y desesperación de los argentinos decía: “Síganme, no los voy a defraudar”, frase contemporánea al “salariazo y la revolución productiva”. Y presentándose como nuestro salvador en su discurso de asunción (Julio 89): “Recibí un país en llamas”; “Voy a gobernar para los niños pobres que tienen hambre y los niños ricos que tienen tristeza”; “Argentina, levántate y anda”.
Hacen falta más ejemplos?  Así argumentaba este nefasto personaje la teoría neoliberal del derrame: “Estamos mal pero vamos bien”; justificaba frente al altísimo costo social del modelo con un: “Hay que aplicar cirugía mayor sin anestesia”; o explicaba el desguace del Estado y las privatizaciones con: “Ramal que para, ramal que cierra”.
Podría seguir con los que vinieron después [1], pero no es lo que quiero transmitir en estas líneas.
Hace unos pocos días escuchamos el discurso de nuestra Presidenta en la apertura de las Sesiones Ordinarias del Congreso de la Nación. Como suele hacerlo, ayudada apenas por unos machetes con números y estadísticas, en primer lugar se abocó a dar cuenta del estado de país, su gestión y los logros de este Modelo Político-Económico cuya Matriz es el Crecimiento y Desarrollo con Inclusión Social, tal como lo definió, abarcando los 10 años de su vigencia.
Su balance claramente positivo, no tardo en despertar las críticas y el odio indisimulado de los opositores políticos y representantes del poder económico local, quienes no se resignan a la redistribución que se viene dando y se pretende profundizar, y mucho menos admitir que, mal que les pese, desde que se inició la gestión de los Kirchner allá por el 2003, nos esta yendo mejor a todos, aún en el actual contexto económico mundial que amenaza con caer a pedazos más temprano que tarde.

[1] "Seré el Médico, seré el Maestro, seré el que dé trabajo a cada Argentino"; "El 2001 será un gran año ¡Qué lindo es dar buenas noticias! "; “Vamos a resolver el problema de los saqueos como solucionamos los problemas económicos" (De La Rúa). "Voy a poner a la Argentina en orden y vamos a crear un millón de empleos"; "Vamos a tomar el toro por las astas”; “Anuncio que el Estado argentino suspenderá el pago de su deuda externa" (Rodríguez Saá 2001)."El que depositó pesos, recibirá pesos. El que depositó dólares, recibirá dólares"; "La Argentina es un país condenado al éxito." (Duhalde 2002). Etc…
Argumentaron que sus datos fueron incompletos o falsos, y que omitió hablar de “los problemas reales”, como la inflación, el cepo cambiario, el derrumbe de la industria, insistiendo en el aislamiento respecto al mundo, y lo mal que nos ven los de afuera.
Igual reacción tuvieron ante la defensa de la política exterior que hizo Cristina Fernández [memorándum de entendimiento con Irán; defensa de la soberanía económica (fondos buitres), territorial (Malvinas); integración regional], la exhortación al trabajo y responsabilidad conjunta [lo público-lo privado; gobierno nacional-gobiernos provinciales] y especialmente frente a las propuestas fundamentadas para que -parlamento mediante - la democratización penetre de una vez por todas, las murallas de la Justicia.
Solo la desmemoria, la persistencia en desestabilizar al gobierno por la repulsión de ganar menos para que otros ganen algo (redistribución-equidad), la impotencia e incapacidad certificada de una oposición política que desespera por gobernar, así como la ignorancia o una infinita vocación por la distorsión y la mentira explican esta conducta.
Subestiman a todos los que apoyamos este proyecto, intentando ponernos en el lugar de corderos descerebrados consumidores de chori y tetra, con vocación para la sumisión y el clientelismo.
 Sin embargo, para los que estuvimos acompañándola en este Acto de Apertura de Sesiones Ordinarias -antes un mero protocolo, hoy una hecho a celebrar con alegría como todo acto democrático- una vez más la pudimos escuchar con orgullo por la grandeza de su dichos y hechos y con la certeza de que cumplirá en lo que a ella respecta, con todo lo que propuso.
Ellos, los que están en la vereda de enfrente olvidan (¿o es un enorme pánico?) que la mayoría de los argentinos hemos aprendido de nuestras experiencias; que el pueblo sabe reconocer a quien los escucha y atiende sus necesidades; que defenderá con uñas y dientes si es necesario los derechos recuperados y adquiridos en estos últimos diez años, en esta última década que -aunque vomiten bilis- es como mínimo para el 54% de los argentinos: LA DÉCADA GANADA, y VAMOS POR MÁS.                      
Angel Akike

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